Mañana mi territorio 17 Adaptación al cambio climático
El cambio climático
noviembre 2019
Agence pour l’Environnement et la Maîtrise de l’Energie (ADEME)
Las 20 fichas de la colección « demain MON TERRITOIRE » se han concebido para dar a los candidatos y a los funcionarios elegidos claves prácticas para actuar, para abrir el campo de posibilidades basadas en las experiencias de otros funcionarios elegidos, desde pequeñas ciudades a conurbaciones, grandes zonas urbanas o zonas escasamente pobladas. En los cuatro rincones de Francia, tanto en la Francia metropolitana como en los territorios de ultramar, muchos de ellos están tomando medidas, junto con los actores de sus territorios, para preparar el futuro mediante acciones para mitigar el cambio climático y adaptarse a sus efectos. Con su conocimiento y presencia en todo el país, la ADEME los apoya con sus herramientas, actividades y ayuda financiera.
¿Por qué es importante prepararse para las consecuencias del cambio climático?
El clima está cambiando, y ahora es una certeza que las condiciones climáticas cambiarán profundamente en el siglo XXI como resultado de la aceleración del calentamiento global. Las condiciones de vida de los franceses se verán perturbadas, con importantes repercusiones en el medio ambiente, los recursos naturales y agrícolas, las actividades económicas y la salud. Olas de calor, tormentas, inundaciones, escasez de agua, incendios forestales, retroceso de las costas… todo el mundo ya puede medir los efectos. Ahora es el momento de que las comunidades se organicen. Y pensar en proyectos, inversiones y actividades de desarrollo a largo plazo. La reacción al cambio climático no sólo consiste en proteger a sus habitantes, sino también en continuar la lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar el futuro cambio climático en la medida de lo posible, por el bien de todos.
¿Cómo lo haces?
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La adaptación al cambio climático requiere una visión a largo plazo. Se inicia una fase de diagnóstico para determinar la vulnerabilidad del territorio a las posibles consecuencias del cambio climático. Sobre la base de esos resultados, se elabora una estrategia y se imaginan las medidas pertinentes que deben adoptarse, su alcance y también su ritmo.
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Se está elaborando un nuevo marco para examinar las formas de hacer frente a este desafío y fomentar la propiedad del proceso por parte de los habitantes. Podemos empezar con acciones « sin arrepentimiento », que siempre tendrán éxito y que impulsarán esta transición.
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Luchamos contra el sobrecalentamiento urbano sin usar el aire acondicionado. Cuando se diseñan edificios o se renuevan, se favorece el aislamiento térmico. Estamos recurriendo a otras técnicas de refrigeración y ventilación natural: pozos provenzales, protección solar, superficies de tejados y carreteras, etc. Contra las islas de calor urbano, estamos imponiendo más naturaleza, sustituyendo el hormigón por materiales permeables o tierra, y dando más espacio a los espacios verdes y a las masas de agua. Estamos revisando la disposición de los barrios en construcción, con una organización de calles y edificios que favorezca las corrientes de aire y la sombra.
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El agua se convertirá en un bien aún más preciado. Preservamos este recurso salvándolo. Esto significa rehabilitar las infraestructuras, cambiar los comportamientos para reducir el consumo, recuperar el agua de lluvia para su limpieza o riego.
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Nos protegemos de los riesgos de inundaciones o maremotos. La infiltración de agua en el suelo se fomenta mediante la desecación de ciertas zonas: se despejan de escombros los patios de las escuelas y los aparcamientos, se devuelve la naturaleza a las orillas desarrolladas de los ríos, etc. En la orilla del mar o del río se establece una zona de amortiguación transformando, por ejemplo, el cultivo agrícola de los pólderes en zonas de pasto o de senderismo.
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Debemos anticipar que ciertas actividades económicas sufrirán por el calentamiento global, como los deportes de invierno en las montañas. La reorientación de la oferta turística y la puesta en valor de otros activos del territorio son pistas a explorar para diversificar la actividad. Lo mismo ocurre con la producción agrícola, que puede verse más o menos afectada según el territorio.