Globalización/metropolización : el interés de una gestión democrática de la ciudad

Georges Thill, Jean-Paul Leonis, octobre 2001

Dialogues, propositions, histoires pour une citoyenneté mondiale (DPH)

Hoy en día, no podemos dejar de tomar en serio el contexto de la globalización, que es una globalización truncada, que rompe los procesos de organización y comunalización de las ciudades. A través de los dos ejemplos presentados en esta ficha, descubrimos tanto el peso que representa para los habitantes de la ciudad la instrumentalización guiada por la globalización y las nuevas metropolizaciones que de ella se derivan (Dakar); como hasta qué punto la gestión urbana democrática, a través de la participación de las poblaciones, es una vía posible para una urbanización humana viable y para el desarrollo de dinámicas socioeconómicas equitativas y ecológicamente viables, en las que la co-experiencia científica y participativa juega un papel central (Porto Alegre).

Introducción

Las experiencias de las ciudades de Dakar y Porto Alegre son muy interesantes si queremos entender el binomio globalización/metropolización, no sólo para el Sur sino también para el Norte: las situaciones y los problemas encontrados en el Sur son a menudo como un reflejo en un espejo. Este espejo nos devuelve, de forma a veces extrema y distorsionada, nuestras propias situaciones y problemas, así como nuestras intenciones en las intervenciones políticas públicas que organizamos, a veces de forma experimental. En este sentido, los proyectos piloto llevados a cabo en estas ciudades son instructivos: permiten comprender las limitaciones y la dinámica socioeconómica de la urbanización sostenible.

En lo que respecta a los países en desarrollo, a finales de los años sesenta, las ayudas públicas, tanto bilaterales como multilaterales, proporcionadas por los países industrializados, pretendían hacer entrar a los llamados países subdesarrollados en el juego de una nueva globalización/metropolización en marcha en los llamados países desarrollados. El Banco Mundial desempeña un papel decisivo en este proceso. Desde los años 70, el Banco Mundial ha ocupado una posición hegemónica en el desarrollo urbano.

Una hegemonía que se manifiesta en dos niveles

En primer lugar, la doctrina basada en la búsqueda de la máxima eficiencia, entendida de forma muy tradicional como la movilización de un mínimo de recursos financieros, técnicos y humanos para obtener los máximos resultados. La búsqueda de esa eficacia implica, por lo general, una aceleración del proceso de globalización y un aumento correlativo del ritmo de urbanización en todos los países, con lo que las grandes ciudades se convierten en el lugar esperado de la modernidad y albergan los factores más útiles para el desarrollo.

Luego, en cuanto a la aplicación de la doctrina, el Banco Mundial, si tomamos como ejemplo el caso de Dakar, financia desde 1970 un importante proyecto de construcción de viviendas de bajo coste (11.000 parcelas saneadas) destinado a acoger, entre otras cosas, a la población expulsada de los barrios marginales intraurbanos. También fue la época en la que, durante un breve periodo, de 1970 a 1975, la Corporación Financiera Internacional (CFI), filial del Banco Mundial, prestó apoyo a proyectos totalmente extravertidos, pero todos ellos situados en la región de Dakar y destinados a atraer a inversores privados extranjeros: zonas francas industriales, proyectos de turismo excesivo, proyectos de horticultura industrial y un gigantesco proyecto de refinería. La cooperación francesa y el Fondo Europeo de Desarrollo (FED) apoyan la mejora de las grandes infraestructuras.

En cuanto a la gobernanza, el Estado debe modernizarse y, por tanto, reformarse y ajustarse. Los programas de ajuste estructural movilizan el 30% de los préstamos y créditos del Banco Mundial. La descentralización se convertirá en una importante expresión operativa que permitirá la privatización de los servicios urbanos, el establecimiento o el refuerzo de un marco institucional de gestión urbana, principalmente presupuestario, y así, siguiendo el ejemplo de Dakar, se dará prioridad a las grandes metrópolis económicas susceptibles de atraer inversores.

En cuanto a los efectos sociales, sólo una parte de los habitantes se beneficia de la modernización desenfrenada de la ciudad, sus actividades y sus infraestructuras. Por ello, estas metrópolis presentan hoy una serie de figuras de crisis repetidas en un planeta globalizado.

¿Qué alternativa ?

El caso de Porto Alegre (hemos oído hablar de la gestión participativa del presupuesto municipal), representa una alternativa a través de la gestión democrática de la ciudad. Puede ser una forma de disidencia social frente al Estado (la sociedad contra el neoliberalismo desenfrenado), pero la experiencia de Porto Alegre ha podido desarrollarse gracias a la voluntad política de los alcaldes que se han sucedido desde 1989, justo después de la votación de la nueva constitución democrática, que obligaba a las ciudades de más de 20.000 habitantes a elaborar y aprobar una ley municipal fundamental en un contexto de inicio de la descentralización. La experiencia también se ha beneficiado de las reflexiones llevadas a cabo desde 1988 por un amplio contingente de intelectuales brasileños, conocido como el « Movimiento por la Reforma Urbana ».

Esto significa, en conclusión, que si la ciudad se instrumentaliza, la metropolización se ha convertido en la herramienta operativa ideada por los mercados, a su vez relevada por las instituciones de ayuda al desarrollo, para reforzar y acelerar el proceso de globalización (económica, financiera, tecnológica). Porto Alegre muestra, en cierto modo como una utopía, un camino más viable para el desarrollo urbano humano sostenible al valorar la sociedad civil frente a la forma institucional del neoliberalismo, la «  gobernanza ". La ciudad está dividida en sectores que agrupan una serie de barrios en los que las asambleas generales permiten definir las prioridades de inversión según la expresión de la demanda. Cada sector tiene delegados elegidos, que sintetizan las prioridades expresadas. Las prioridades se ordenan en función de las puntuaciones, es decir, según los criterios de evaluación adoptados el año anterior por el Consejo de Presupuestos Participativos, que trabaja con el Ayuntamiento y, en particular, con su oficina de planificación para elaborar las propuestas presupuestarias que se someten a la votación del Ayuntamiento. Se trata de una práctica de aprendizaje de la gestión urbana negociada democráticamente y de la solidaridad ampliada que también puede resultar del acto de participación.

Références

OSMONT A. 2001. «  Las consecuencias de la globalización en las políticas urbanas y la gestión urbana ", Preludio , 41-43 , pp. 123-132 (Simposio Internacional ISSHO-CSEAS-PRELUDE, Ciudad de Ho Chi Minh, Vietnam, 9-12 de marzo de 1999, «  Codesarrollo urbano sostenible. Responsabilidades en materia de educación superior, investigación y gestión ")

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La experiencia del presupuesto participativo de Porto Alegre en Brasil vista desde Senegal