Los caminos como respuesta a las desigualdades
GOLD VI - Recomendaciones para lograr la igualdad urbana y territorial
2022
GOLD VI ha analizado los ámbitos en los que los gobiernos locales y regionales (GLR) están actuando para abordar las desigualdades urbanas y territoriales, con múltiples capítulos que presentan diferentes vías para que los GLR se sumen a trayectorias de cambio e implementen cursos de acción orientados al futuro. Este texto comienza repasando las principales conclusiones que cada vía hacia la igualdad ha ofrecido en este Informe: Compartir, Cuidar, Conectar, Renaturalizar, Prosperar y Democratizar. A continuación, ofrece algunas reflexiones sobre los retos de ampliar estas vías de forma transformadora.
Tal y como se ha destacado en el informe, el reto de abordar las desigualdades urbanas y territoriales es principalmente una cuestión de gobernanza y no puede gestionarse exclusivamente mediante enfoques sectoriales o iniciativas puntuales. GOLD VI reconoce que para hacer frente a las desigualdades estructurales y a las actuales tendencias de desarrollo es necesario planificar y construir trayectorias de acción alternativas que puedan convertir en realidades prácticas las visiones en favor del desarrollo sostenible y la defensa de los derechos. Estas vías de actuación son los caminos propuestos por GOLD VI. La naturaleza compleja e interconectada de las tendencias actuales de las desigualdades invita a los GLR a encontrar espacios para la acción a través de caminos múltiples e interconectados: Comunalizar, Cuidar, Conectar, Renaturalizar, Prosperar y Democratizar. En respuesta a la crisis social mundial, fomentar una mayor igualdad urbana y territorial significa facilitar el acceso a una vivienda y a servicios básicos adecuados, así como reconocer las necesidades y aspiraciones de las diversas personas y colectivos. Por lo tanto, el deber de los GLR es abordar la actual crisis de la vivienda y sus diferentes manifestaciones en las ciudades y territorios, así como las consecuencias de la financiarización de la vivienda, el suelo y los servicios. Teniendo en cuenta los múltiples aspectos de la desigualdad que se manifiestan en estos desafíos, las prácticas para Comunalizar ofrecen a los GLR una oportunidad importante para redefinir el contrato social y avanzar hacia una mayor igualdad urbana. Pueden hacerlo fomentando las iniciativas colectivas que garanticen el acceso a una vivienda y a servicios básicos dignos para todos, que deben incluir no solo el acceso al agua y al saneamiento, sino también a la cultura y a los bienes colectivos en general. Los GLR pueden comprometerse con las prácticas para comunalizar de varias maneras: defendiendo, reconociendo, protegiendo, regulando, eventualmente remunicipalizando los servicios públicos y ampliando estas prácticas colectivas, así como invirtiendo en ellas. Entre las numerosas dificultades que la pandemia de la COVID-19 ha exacerbado, la crisis de los cuidados ha sido probablemente una de las más visibles, especialmente dentro de la crisis generalizada de protección social. Una dimensión fundamental de la igualdad urbana es el reconocimiento del trabajo de cuidados, normalmente invisibilizado y realizado por mujeres y personas racializadas. Además de reconocer las actividades de cuidados existentes, los GLR pueden intentar promover, dentro de sus funciones, ciudades y territorios que cuiden de sus habitantes. Estas funciones incluyen el apoyo a la educación, la atención sanitaria y la seguridad, así como el trabajo con segmentos de la población con necesidades especiales, como los niños, las personas mayores, los migrantes, las personas con discapacidad y las personas LGBTQIA+, desde una perspectiva interseccional. Es importante destacar que esto también implica poner de relieve las necesidades de aquellas personas que históricamente han llevado la carga de las tareas de cuidados: principalmente las mujeres, las personas racializadas y las migrantes. Cuidar es, por tanto, un camino a través del cual los GLR pueden contribuir a promover la igualdad. Ello puede hacerse de diferentes maneras, como por ejemplo mediante intervenciones que prioricen la proximidad en sus respuestas y que se centren en reconocer y democratizar la prestación de cuidados; redistribuir y desmercantilizar los servicios de cuidados, y reducir la carga de las actividades de cuidados y desfeminizar los cuidados.
La fragmentación y la segregación socioespacial de las ciudades y los territorios son una de las manifestaciones más visibles de las desigualdades y plantea retos para la planificación territorial y urbana, el diseño urbano, las infraestructuras y el transporte. Suelen ser retos antiguos que han tenido trayectorias diferentes en los distintos países, y que con frecuencia se han visto influenciados por contextos coloniales, económicos o sociopolíticos particulares. Actualmente, y más que nunca, las ciudades y territorios se enfrentan a grandes brechas en términos de movilidad y acceso a las infraestructuras, así como a una acuciante brecha digital. En este contexto, Conectar se ha convertido en un camino para asegurar una conectividad física y digital adecuada y sostenible para todos y para garantizar el acceso a los medios de subsistencia, a los servicios, a los espacios públicos y a los diferentes componentes que permiten llevar una vida digna. Los GLR pueden contribuir enormemente a la capacidad de los seres humanos para comunicarse entre sí, ya que pueden posibilitar la conectividad y los encuentros físicos y digitales de manera que se reconozcan las diversas necesidades y aspiraciones, así como las prácticas tanto formales como informales. Ello también puede fomentar valores como el cuidado, la creatividad, la innovación, la confianza y la tolerancia.
Abordar la emergencia climática y la degradación medioambiental a la que se enfrenta actualmente la humanidad es, sin duda, un pilar esencial para construir futuros urbanos y territoriales más sostenibles e igualitarios. Esto implica que los GLR deben esforzarse al máximo por conseguir la descarbonización y transiciones ecológicas justas, así como trascender la actual dependencia económica de la extracción no sostenible de recursos naturales y reducir las emisiones de carbono. El camino Renaturalizar ha surgido como un enfoque para abordar tanto las desigualdades socioeconómicas como las injusticias socioambientales. Para lograrlo es necesario crear una relación renovada y sostenible entre la humanidad, el ecosistema y los recursos naturales. Los GLR pueden promover este camino rompiendo con la rigidez institucional y con las trayectorias de crecimiento urbano no controlado, de carbonización, y degradación y explotación del medioambiente. Lo pueden hacer protegiendo los recursos naturales, desarrollando de comunidades resilientes y la rehabilitación in situ; protegiendo el uso del suelo para fines comunes y salvaguardándolo de la especulación; adoptando mecanismos sostenibles de abastecimiento; regulando el suelo y el mercado inmobiliario para evitar la gentrificación verde, y garantizando el derecho a la vivienda y a la tierra para evitar los desalojos y desplazamientos forzados urbanos.
El crecimiento económico sostenible es una de las claves para construir ciudades y territorios más igualitarios. En la actualidad, el desarrollo económico no solo se ve obstaculizado por los modelos de desarrollo extractivistas y las crecientes desigualdades entre territorios, sino también por la creciente segmentación de los mercados laborales y la precarización de las condiciones de trabajo y de los medios de subsistencia. Teniendo en cuenta el carácter multidimensional de una agenda basada en la prosperidad, los GLR tienen un papel clave a la hora de establecer un camino para Prosperar. Este camino invita a los GLR a apoyar y garantizar la creación de empleos dignos y sostenibles, medios de subsistencia y desarrollo económico local que sean más inclusivos y se adapten a las diversas condiciones de las diferentes identidades sociales. Estas iniciativas también pueden ayudar a promover las economías sociales, verdes y circulares, así como la cooperación interterritorial, para fomentar un crecimiento económico endógeno más sostenible y equitativo.
La democracia y la igualdad están profundamente interconectadas. Es bien sabido que el crecimiento de las desigualdades siempre ha estado estrechamente relacionado con las amenazas globales y locales a la democracia. Por lo tanto, no es de extrañar que, a medida que aumentan las desigualdades, asistamos a crecientes llamamientos para mejorar y reforzar los mecanismos existentes de representación y toma de decisiones. En este contexto, el camino Democratizar ofrece una palanca con la que presionar a favor de unos principios de gobernanza más inclusivos que reconozcan la voz de todos y, especialmente, la voz de los marginados histórica y estructuralmente. Los GLR pueden promover una mayor igualdad fomentando el compromiso de los ciudadanos y ciudadanas a través de una serie de medios innovadores de participación local, que pueden incluir el establecimiento de cuotas políticas, la creación de alianzas, la creación de mecanismos de coordinación intersectorial, el reconocimiento de diversas formas de conocimiento y recopilación de datos, y la inclusión de valores democráticos y enfoques basados en los derechos en todas las actividades de los GLR.