El calor de Le Havre proviene de los muebles antiguos

abril 2025

Agence pour l’Environnement et la Maîtrise de l’Energie (ADEME)

Suez acaba de inaugurar, cerca de Le Havre, una nueva central de producción de energía. Bautizada como Biosynergy, estará alimentada con residuos de madera, es decir, carpintería y muebles usados, así como con combustibles sólidos recuperados (CSR), todos ellos productos locales.

Un yacimiento de residuos sin explotar

Todo comenzó hace diez años, cuando la ADEME puso en marcha, junto con las regiones de Normandía e Île-de-France, un estudio destinado a caracterizar el yacimiento de madera contaminada producida en el valle del Sena. Como empresa especializada en la gestión de residuos, Sita (que entretanto se ha convertido en Suez) contribuyó activamente a este estudio. Hasta entonces, los muebles y carpintería de madera viejos que recogía iban directamente al vertedero o se exportaban a otros países para su valorización. «Una vez pintada, barnizada o tratada, la madera no puede quemarse en una caldera convencional. Es necesario depurar los humos para evitar la emisión a la atmósfera de los contaminantes que impregnan el material», explica Guillaume Lefrançois, director regional delegado de la ADEME Normandía. El objetivo del estudio era encontrar salidas locales que crearan valor en Normandía para estos residuos de madera». En Suez, el proyecto Biosynergy surge de forma natural: «Ya teníamos la idea de construir en esta zona una nueva central de producción de energía a partir de residuos. Había una fuerte demanda de energías renovables, tanto por parte de la ciudad de Le Havre como de las industrias de la zona portuaria», explica Antoine Girardet, director de valorización energética en la región Grand Ouest de Suez.

En Francia se generan cada año 7700 kt de residuos de madera contaminados no peligrosos.

Un tercio de este volumen se exporta, principalmente para su reciclaje en países vecinos. Los dos tercios restantes se envían a centros de almacenamiento y vertido.

50 000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero evitadas

La central se inauguró en noviembre de 2024. En la actualidad, funciona al 100 % de su capacidad nominal (43,5 MW). «Gracias a ella, valorizamos 90 000 toneladas de residuos al año para producir 300 000 MWh de energía, que distribuimos en forma de calor y vapor», se felicita Antoine Girardet. Por un lado, hemos contribuido a la ampliación de la red de calefacción urbana Résocéane en el sur de la metrópoli de Le Havre y, por otro, hemos participado en la estrategia de descarbonización de tres centros industriales (los de Yara, Chevron y Safran). Podemos suministrar a cada uno de ellos según sus necesidades: por un lado, agua caliente a 90 °C y baja presión para calefacción urbana; por otro, vapor a muy alta presión para procesos industriales». La distribución de estos dos tipos de flujos es bastante flexible. «En verano, como las viviendas no necesitan calefacción, redirigimos gran parte de nuestra producción a las industrias, que así pueden prescindir en mayor medida de las energías fósiles. El resultado es que, a lo largo del año, se evitan 50 000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero».

Toda una economía circular local

Porque valoriza residuos que hasta ahora no se aprovechaban, pero también porque contribuye a producir energía con bajas emisiones de carbono, sin afectar a los bosques, la construcción de la central ha recibido el apoyo financiero de la ADEME, a través del fondo Chaleur. Pero se integra en un ecosistema territorial más amplio. «En Suez, de acuerdo con nuestra estrategia de circuitos cortos, intentamos al máximo recoger, tratar y valorizar los residuos en un mismo territorio. Por eso, a pocos kilómetros de Biosynergy, hemos invertido en el antiguo terreno baldío del Centro Internacional de Tratamiento y Reciclaje de Residuos Peligrosos (conocido como «Citron»), descontaminado por la ADEME en 2016, para crear una plataforma de tratamiento de residuos de madera», añade Antoine Girardet. En este centro, extraemos de los muebles y la carpintería las piezas como tornillos y otros metales, que pueden enviarse a una cadena de reciclaje. A continuación, trituramos la madera restante para enviarla a la central. En esta misma planta, llamada Trinergy, otros residuos no valorizables y no peligrosos (neumáticos, papel sucio, grasas animales…), también recogidos en el valle, se preparan y transforman en combustibles sólidos recuperados (CSR), para facilitar su valorización energética. Todo ello crea valor en el territorio.

Referencias