¿Cómo repensar las ciudades?

¿Qué ciudades para mañana? Controlar la expansión urbana y repensar la ciudad

febrero 2018

Agence pour l’Environnement et la Maîtrise de l’Energie (ADEME)

La expansión urbana tiene repercusiones en nuestras vidas y en nuestro entorno: reducción de los terrenos naturales y agrícolas, deterioro de la biodiversidad, aumento del riesgo de inundaciones (porque el agua ya no puede penetrar en el suelo impermeabilizado), dificultad para crear frescor en la ciudad durante los periodos de mucho calor, daños importantes durante las catástrofes naturales más frecuentes… La normativa actual fomenta la gestión económica del espacio. Se están llevando a cabo multitud de estrategias y acciones para hacer que nuestras ciudades sean sostenibles y agradables para vivir sin que se extiendan más, contribuyendo al mismo tiempo a la lucha contra el cambio climático. ¿Cómo podemos frenar la expansión urbana? ¿Cómo podemos hacer que las ciudades sean sostenibles, habitables y accesibles para todos?

Para descargar: guide-pratique-quelles-villles-pour-demain.pdf (2,4 MiB)

Para frenar la expansión urbana, es esencial hacer que las ciudades sean más accesibles y deseables. Estos objetivos están ahora en la mente de planificadores y diseñadores urbanos que proponen nuevas formas de vivir, moverse y trabajar…

Hacer que las ciudades sean más agradables para vivir

Conciliar el bienestar de las poblaciones, la preservación de los recursos y el desarrollo económico está en el centro de las políticas de planificación urbana. Los programas de desarrollo tratan de aprovechar las ventajas de la densidad (proximidad a los servicios, acceso al transporte público, vida de barrio) y trabajan en un diseño urbano de calidad (acústica, vistas, privacidad, naturaleza en la ciudad, etc.) para mejorar la percepción de los espacios. Así, vivir en la ciudad se vuelve más deseable.

Diferentes densidades y sentimientos

La densidad puede percibirse de forma muy diferente según el ambiente, la calidad arquitectónica de un barrio o una ciudad, la altura de los edificios, su disposición, la proporción de espacios verdes, la accesibilidad, etc. En otras palabras, depende de las « formas urbanas » y de los sentimientos de cada uno.

Una gran diversidad de composiciones urbanas en Francia

Cuando hablamos de « formas urbanas », nos referimos generalmente a la calidad y la organización general de los edificios y los espacios exteriores (alturas, fachadas, tejados, límites entre espacios privados, espacios colectivos y espacios públicos, circulación, etc.). Esta noción incluye también la disposición de los diferentes espacios de una ciudad en relación con los demás. En Francia, hay multitud de situaciones.

Producir, intercambiar y consumir energía de forma diferente

Las zonas urbanas consumen casi el 80% de la energía en Francia, principalmente para satisfacer las necesidades de los edificios y el transporte. Para limitar el consumo de energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por un factor de cuatro para 2050, se están aplicando soluciones innovadoras. El transporte podría sufrir una revolución en los próximos años gracias al desarrollo de nuevos servicios como el carpooling, el carsharing, las flotas de vehículos eléctricos compartidos y el transporte « a la carta », poniendo fin al predominio del coche privado. Se están realizando experimentos para reunir y transferir energía de un edificio a otro. Ahora sabemos cómo construir edificios muy eficientes que consumen muy poca energía. Instalando energías renovables en los tejados o las fachadas, estos edificios pueden incluso producir más energía de la que consumen. Esta energía disponible puede transferirse a los edificios más antiguos y menos eficientes, o introducirse en la red eléctrica de la ciudad y utilizarse para cargar vehículos eléctricos.

Nuevas normas urbanísticas para satisfacer las necesidades de la ciudad del futuro

Desde hace décadas, las ciudades, los barrios, las urbanizaciones y las parcelas se rigen por normas urbanísticas; la gran mayoría de los municipios tienen un PLU (Plan Local de Ordenación Urbana) que se revisa periódicamente para tener en cuenta los cambios en la zona. Todos los permisos de construcción o urbanización se examinan a la luz de la normativa urbanística: superficie del edificio, altura, tamaño, aparcamiento, etc. Para tener más en cuenta ciertas cuestiones medioambientales (preservación del suelo, reducción de la artificialización), varias leyes recientes han revisado las normas relativas a los espacios edificables y al lugar de la naturaleza en la ciudad. Las autoridades locales deben ahora justificar su necesidad de utilizar zonas naturales y agrícolas. También deben favorecer la construcción cerca de los medios de transporte. La vegetación en el corazón de las ciudades ayuda a limitar el sobrecalentamiento en épocas de calor:

Referencias