¿Por qué se expanden las ciudades?
¿Qué ciudades para mañana? Controlar la expansión urbana y repensar la ciudad
febrero 2018
Agence pour l’Environnement et la Maîtrise de l’Energie (ADEME)
La expansión urbana tiene repercusiones en nuestras vidas y en nuestro entorno: reducción de los terrenos naturales y agrícolas, deterioro de la biodiversidad, aumento del riesgo de inundaciones (porque el agua ya no puede penetrar en el suelo impermeabilizado), dificultad para crear frescor en la ciudad en periodos de mucho calor, daños importantes durante las catástrofes naturales más frecuentes, etc. La normativa actual fomenta la gestión económica del espacio. Se están llevando a cabo multitud de estrategias y acciones para hacer que nuestras ciudades sean sostenibles y agradables para vivir sin que se extiendan más, contribuyendo al mismo tiempo a la lucha contra el cambio climático. ¿Cómo podemos frenar la expansión urbana? ¿Cómo podemos hacer que las ciudades sean sostenibles, habitables y accesibles para todos?
Para descargar: guide-pratique-quelles-villles-pour-demain.pdf (2,4 MiB)
Nuestras ciudades se están extendiendo, ¿y qué?
Mientras que en el siglo XIX el 80% de la población vivía en el campo, hoy casi el 70% de los franceses vive en zonas urbanas.
Desde finales de los años sesenta, las ciudades se han expandido, sobre todo para acoger a una población creciente. Esto se conoce como expansión urbana. Esta expansión urbana tiene repercusiones en nuestras vidas y en nuestro medio ambiente: reducción de los terrenos naturales y agrícolas, deterioro de la biodiversidad, aumento del riesgo de inundaciones (porque el agua ya no puede penetrar en el suelo impermeabilizado), dificultad para crear frescor en la ciudad en períodos de mucho calor, daños importantes durante las catástrofes naturales más frecuentes, etc. En la actualidad, la normativa fomenta una gestión económica del espacio. Se están llevando a cabo multitud de estrategias y acciones para hacer que nuestras ciudades sean más sostenibles y agradables para vivir sin que se extiendan más, al tiempo que se contribuye a la lucha contra el cambio climático. ¿Cómo podemos frenar o incluso detener la expansión urbana? ¿Cómo podemos hacer que las ciudades sean sostenibles, agradables para vivir y accesibles para todos?
El atractivo de las zonas suburbanas
Los estilos de vida están cambiando
Cada vez somos más y los estilos de vida de las últimas décadas han modificado mucho nuestro uso del espacio: la demanda de vivienda, transporte, servicios locales y espacio de aparcamiento sigue creciendo. La evolución de los modelos de familia (familias monoparentales, asistencia a domicilio para personas mayores, etc.) también conlleva una mayor necesidad de vivienda.
Viviendas individuales demandadas
Al alejarse del centro de la ciudad, es más fácil encontrar viviendas unifamiliares con jardín privado, lo que permite estar más cerca de la naturaleza y más tranquilo. Lamentablemente, este tipo de vivienda ocupa mucho más espacio que un piso en la ciudad para albergar al mismo número de personas.
Viviendas más baratas
El coste de la vivienda en el centro de la ciudad suele ser elevado. Esto empuja a la gente a buscar vivienda más lejos, en algunos de los suburbios todavía asequibles, especialmente si quieren ser propietarios de una vivienda. Sin embargo, vivir en los suburbios suele aumentar los costes de desplazamiento, especialmente cuando se necesitan dos coches por hogar.
Las actividades económicas y el transporte, principales consumidores de espacio
La expansión urbana no sólo está vinculada a la construcción de viviendas. Las actividades económicas y las infraestructuras de transporte representan casi dos tercios de las superficies artificiales en Francia. Las actividades económicas y las infraestructuras de transporte también son responsables de una parte importante del sellado del suelo. De todas las nuevas superficies selladas entre 1992 y 2004, el 37% se destinaron a infraestructuras de transporte, el 33% a actividades económicas y el 29% a viviendas.
¿Cuáles son las consecuencias?
La expansión urbana y el consiguiente aumento de las superficies selladas tienen importantes consecuencias para el medio ambiente y sus habitantes.
Una amenaza para el suelo y la biodiversidad
El sellado degrada los suelos
Los suelos sellados ya no permiten que penetre suficiente agua de lluvia. Sin aire y agua, los microorganismos no pueden prosperar. El suelo se empobrece y degrada rápidamente. El suelo es un frágil patrimonio natural que ha tardado miles de años en formarse y que interviene en la regulación del carbono y del ciclo del agua. Es la base de la vida en todos los ecosistemas terrestres. Por lo tanto, es necesario protegerla.
El sellado altera la biodiversidad
Las vías férreas y las carreteras pueden formar barreras difíciles de atravesar para ciertos animales que no pueden seguir su camino habitual (migraciones estacionales, periodos de reproducción, etc.). Esto puede provocar el aislamiento de las especies y, por consiguiente, reducir la diversidad biológica. En Francia continental, se calcula que el 9% de los mamíferos, el 24% de los reptiles y el 23% de los anfibios están en peligro de extinción.
Riesgos para la salud
Aire cada vez más contaminado
Muchas personas que han elegido vivir en las afueras de las ciudades viven lejos de su lugar de trabajo. El transporte público u otros modos de movilidad activa como la bicicleta, por ejemplo, no siempre son fácilmente accesibles y el coche privado sigue siendo la solución preferida. En las últimas décadas, el tráfico por carretera y los atascos en horas punta no han dejado de aumentar: en la región de Île-de-France hay una media de 300 kilómetros de atascos en horas punta. Sumada a la contaminación emitida por la calefacción de los edificios y las industrias, las emisiones de contaminantes procedentes del transporte degradan aún más la calidad del aire que respiramos. La Organización Mundial de la Salud estima que el 80% de los habitantes de las ciudades están expuestos a una mala calidad del aire.
El ruido, una verdadera molestia
El Consejo Nacional del Ruido (CNB) y la ADEME estiman que más de 25 millones de personas en Francia se ven afectadas de forma significativa por el ruido del transporte, de las cuales 9 millones están expuestas a niveles críticos para su salud (alteraciones del sueño, estrés, etc.).
Impactos en el clima
El transporte diario entre los hogares y los lugares de trabajo genera importantes emisiones de gases de efecto invernadero. Las casas unifamiliares de los suburbios consumen más energía (gas, petróleo, electricidad) para la calefacción que los pisos de la ciudad. Esto se debe a que las casas tienen todas sus fachadas expuestas al frío y al viento, mientras que en los pisos las medianeras no están expuestas. Por tanto, las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la calefacción son mayores con el aumento del número de viviendas unifamiliares. La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera provoca el calentamiento global y el cambio climático.
Mayor sensibilidad a las olas de calor e inundaciones
Debido al cambio climático, los fenómenos extremos (olas de calor, lluvias intensas) son cada vez más frecuentes. Durante los periodos de calor, tenemos más dificultades para refrigerar nuestras casas, sobre todo en los centros urbanos, porque las noches son más cálidas allí que en el campo (poca vegetación, menos circulación de aire, suelo artificial, etc.). Es lo que se conoce como « sobrecalentamiento urbano ». Durante los episodios de fuertes lluvias, el riesgo de inundación en las zonas urbanas es mayor porque el agua apenas puede ser absorbida por el suelo impermeabilizado. Se escurre en grandes cantidades hacia los puntos más bajos y los cursos de agua que se desbordan rápidamente.
La desaparición de las tierras agrícolas
La expansión de las ciudades se produce principalmente a expensas de las tierras agrícolas y, en menor medida, de los prados y bosques. La tierra agrícola es necesaria para los cultivos y el ganado. Ya estamos viendo el impacto negativo del cambio climático en el rendimiento de varios cultivos: trigo, arroz, soja y maíz… Al ritmo actual, se calcula que los rendimientos caerán un 2% cada 10 años, lo que podría tener consecuencias para el precio de las materias primas y la seguridad del suministro. Por lo tanto, preservar suficientes tierras de cultivo es esencial para adaptarse al cambio climático.
Menos diversidad
En las zonas periféricas, la gente rara vez vive cerca de su lugar de trabajo y de las tiendas. Cuanto más lejos del centro de la ciudad, menos « mezcla funcional » hay. En la periferia, suele haber menos diversidad social vinculada a los precios de los inmuebles y a las capacidades financieras de los hogares. Los centros de las ciudades se están aburguesando; las clases medias y bajas se trasladan a suburbios más accesibles.
Costes para las comunidades y los contribuyentes
Cuando se construye en una zona ya urbanizada, se utilizan las redes y carreteras existentes. Por el contrario, cuando se construyen nuevas zonas, es necesario construir y mantener nuevas carreteras, ampliar las redes de agua y alcantarillado, etc. Todo esto tiene un coste importante para las comunidades, que se traslada a los contribuyentes.