Regímenes de ayuda a las energías renovables
septiembre 2022
El desarrollo de las energías renovables se beneficia del apoyo del Estado, ya sea en la fase inicial en el ámbito de la investigación y el desarrollo, o en la fase de industrialización para apoyar la demanda y el despliegue comercial (por ejemplo, mediante tarifas de alimentación, licitaciones o regímenes fiscales).
Objetivos de los sistemas de apoyo a las energías renovables
El Estado apoya el desarrollo de las energías renovables, ya sea en la fase inicial, en el ámbito de la investigación y el desarrollo, o en la fase de industrialización, en apoyo de la demanda y el despliegue comercial (por ejemplo, mediante tarifas de alimentación o remuneraciones adicionales entregadas en el marco de licitaciones abiertas o regímenes fiscales).
La elección entre las distintas herramientas de apoyo depende de la madurez tecnológica, la competitividad y las repercusiones en términos de valor añadido en Francia y Europa, en relación con las características de la cadena de valor de cada energía y sus ventajas comparativas.
Objetivos de desarrollo de las energías renovables
La ley sobre la transición energética para un crecimiento verde (LTECV) se promulgó el 17 de agosto de 2015. Establece objetivos ambiciosos para el desarrollo de las energías renovables:
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aumentar la cuota de las energías renovables al 23% del consumo final bruto de energía en 2020 y al 32% en 2030 ;
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alcanzar el 40% de la producción de electricidad a partir de fuentes renovables para 2030;
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alcanzar el 38% del consumo final de calor a partir de fuentes renovables para 2030;
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alcanzar el 15% del consumo final de combustible a partir de fuentes renovables para 2030;
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alcanzar el 10% del consumo de gas a partir de fuentes renovables para 2030;
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multiplicar por cinco la cantidad de calor y frío renovable y recuperado suministrado por las redes de calefacción y refrigeración de aquí a 2030.
Para alcanzar estos objetivos, el Gobierno ha introducido una nueva herramienta de programación denominada Programa Energético Plurianual (PPE), que sustituye a las anteriores herramientas de programación y establece objetivos cuantitativos para cada fuente de energía renovable a lo largo de un periodo de 10 años, a excepción del primer periodo, que está previsto que abarque de 2016 a 2023. El PPE se revisará cada 5 años, con la excepción de la primera revisión en 2018.
Los Programas Plurianuales de Inversión (PPI) existentes se actualizaron mediante el decreto de 24 de abril de 2016 sobre los objetivos de desarrollo de las energías renovables, que a su vez fue sustituido por el decreto n.º 2016-1442 de 27 de octubre de 2016 sobre la programación plurianual de la energía.
Se han fijado objetivos para cada fuente de energía renovable para 2018 y 2023, superando así su marco temporal inicial de 2020.
Los mecanismos de incentivación establecidos son específicos para cada sector y deben adaptarse periódicamente para tener en cuenta la evolución técnica y económica. Se guían por el principio de garantizar que estas tecnologías alcancen la rentabilidad mínima necesaria para su despliegue.
Eliminar las barreras tecnológicas
Cuanto antes se desarrollen las tecnologías, más tecnológicas serán las barreras. Para suprimirlas es necesario llevar a cabo actividades de investigación y desarrollo, que también cuentan con el apoyo de los poderes públicos a través de programas específicos. Este apoyo puede ser específico (por ejemplo, fondos de demostración) o intersectorial (por ejemplo, crédito fiscal a la investigación).
Eliminar las barreras técnicas y económicas
Cuando las tecnologías se encuentran en la fase de despliegue comercial, los obstáculos pueden ser más técnicos y económicos: optimización industrial, modelo de negocio. El apoyo estatal al despliegue de las energías renovables tiene por objeto eliminar estos obstáculos y garantizar el cumplimiento de los objetivos nacionales de penetración de las energías renovables en la combinación energética.
Ayudar al despliegue de las energías renovables
Los instrumentos públicos de apoyo son necesarios para el despliegue de las energías renovables, dado que el coste de las energías renovables sigue siendo superior al precio de mercado y que no pueden desplegarse únicamente sobre la base de la competitividad en un entorno de mercado.
Los mecanismos de incentivación establecidos son específicos para cada sector y deben adaptarse periódicamente para tener en cuenta la evolución técnica y económica. Se guían por el principio de garantizar que estas tecnologías alcancen la rentabilidad mínima necesaria para su despliegue.
Instrumentos de apoyo a las energías renovables en el sector eléctrico
Marco comunitario de apoyo a la producción de electricidad a partir de fuentes renovables
La Comisión Europea adoptó el 28 de junio de 2014 unas nuevas directrices que regulan las ayudas estatales en materia de energía y medio ambiente. En ellas se establecen los siguientes principios de apoyo a las energías renovables o a la cogeneración:
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Posibilidad de utilizar tarifas de alimentación garantizadas para instalaciones con una capacidad inferior a 500 kW, o 3 MW o 3 unidades de producción para la energía eólica ;
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Obligación de utilizar mecanismos de remuneración basados en el mercado con una prima para las instalaciones con una capacidad superior a 500 kW, o 3 MW o 3 unidades de producción para la energía eólica, a partir del 1 de enero de 2016;
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Obligación de utilizar licitaciones tecnológicamente neutras para las instalaciones con una capacidad superior a 1 MW, o 6 MW o 6 unidades de producción para la energía eólica, a partir del 1 de enero de 2017. Se prevén excepciones al principio de licitación competitiva y al criterio de neutralidad tecnológica.
El objetivo de este marco comunitario es fomentar una mayor integración de las energías renovables en el mercado de la electricidad.
Para alcanzar estos nuevos objetivos de generación de electricidad, el Gobierno dispone de dos tipos principales de mecanismos de apoyo:
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ventanillas abiertas, que dan derecho a recibir ayudas a cualquier instalación subvencionable; de acuerdo con las directrices europeas, ahora están reservadas a las pequeñas instalaciones;
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procedimientos competitivos, en los que las ayudas sólo se conceden a los ganadores de tales procedimientos (por ejemplo, licitaciones).
Existen dos formas de apoyo dentro de estos sistemas: la tarifa de alimentación o el suplemento de remuneración, introducido por la ley sobre la transición energética para un crecimiento verde, que, de acuerdo con las directrices, consiste en pagar una prima al productor además de la venta de su electricidad en el mercado.
Ventanas abiertas
El régimen de « obligation d’achat », o el de « complément de rémunération » que se introducirá en 2016, con una ventana abierta, se adaptan mejor a sectores maduros, para los que los costes de producción son relativamente conocidos y estables, y para los que existen muchos emplazamientos potenciales de desarrollo, con conflictos de uso limitados. Estos regímenes se recogen en los artículos L. 314-1 a L. 314-13 del Código de la Energía para la tarifa regulada y L. 314-18 a L. 314-27 del Código de la Energía para la tarifa complementaria.
En virtud de su mayor simplicidad, los sistemas de ventanilla abierta, y en particular el sistema de tarifa regulada, también se adaptan mejor a las instalaciones de pequeña escala. En un sistema de tarifa regulada, todo kilovatio-hora inyectado a la red pública es adquirido por un comprador obligado a una tarifa regulada superior al precio medio de mercado, fijada de antemano y que permite cubrir los costes de la instalación garantizando al mismo tiempo la rentabilidad normal del proyecto.
La lista de instalaciones que pueden acogerse a la tarifa regulada en el mercado libre se define en los artículos D. 314-15 y D. 314-16 del Código de la Energía, y la lista de instalaciones que pueden acogerse al suplemento de remuneración en el mercado libre se define en los artículos D. 314-23 a D. 314-25 del Código de la Energía.
El suplemento de remuneración, introducido por la ley sobre la transición energética para un crecimiento verde, es una prima que se paga a un productor de energía renovable para complementar la venta en el mercado de la electricidad que ha producido. Esta prima es proporcional a la energía producida y se calcula como la diferencia entre una tarifa de referencia, similar a la actual tarifa de alimentación, y un precio de mercado de referencia. Esta prima, al igual que la tarifa regulada, debe proporcionar al productor un nivel de remuneración que cubra los costes de su instalación y garantice al mismo tiempo la rentabilidad normal de su proyecto.
La tarifa regulada se contrata por un periodo de 12 a 20 años, en función de la tecnología y de su grado de madurez. Lo mismo ocurre con la remuneración adicional. Los niveles de la tarifa regulada o del complemento de remuneración, así como las condiciones específicas aplicables a cada sector, se fijan en decretos tarifarios específicos para cada sector, emitidos en aplicación del artículo R. 314-12 del Código de la Energía.
Las disposiciones comunes a la tarifa regulada y al complemento de remuneración figuran en los artículos R. 314-1 a R. 314-14 del Código de la Energía. Las disposiciones específicas de la tarifa regulada y las específicas del complemento de remuneración figuran respectivamente en los artículos R. 314-17 a R. 314-22 del Código de la Energía y en los artículos R. 314-26 a R. 314-52 del mismo código.
El nivel de las tarifas de alimentación, y en el futuro del suplemento de remuneración, se revisan y se revisarán periódicamente para garantizar que se mantienen en línea con la madurez del sector y la caída de los costes de producción.
Apoyo a la investigación y la innovación
Para las tecnologías menos maduras, el Gobierno apoya las iniciativas de I+D, principalmente a través del programa « Inversiones para el futuro » (PIA) gestionado por la ADEME (fondos de demostración) o la ANR (Institutos para la Transición Energética). Las convocatorias específicas de proyectos también pueden acelerar el desarrollo de las energías renovables al proporcionar un apoyo específico a los responsables de los proyectos.
Por ejemplo, desde 2009, la Agencia Francesa de Medio Ambiente y Gestión de la Energía (ADEME) ha lanzado sucesivamente varias convocatorias de manifestaciones de interés (AMI) o convocatorias de proyectos (AAP), que han permitido apoyar un gran número de proyectos en el ámbito de la producción de electricidad y calor renovables en el marco de la acción « Demostradores y plataformas tecnológicas para la transición ecológica y energética » del PIA.
Coste del apoyo a la energía eléctrica renovable
Hasta finales de 2015, el apoyo a las energías eléctricas renovables se financiaba a través de las tarifas del servicio público de electricidad, que en última instancia se repercutían a los consumidores de electricidad a través de un impuesto conocido como Contribution au Service Public de l’Electricité (CSPE).
La CSPE se reformó a principios de 2016, lo que dio lugar a la presupuestación de las tasas del servicio público de la energía (incluidas las tasas distintas de las relativas a la electricidad) y a la creación de una cuenta de asignación especial denominada « Transición Energética ». Es esta cuenta asignada la que financia ahora la energía eléctrica renovable.
Además, desde el 1 de enero de 2016, las cargas de servicio público se financian mediante impuestos sobre el consumo doméstico de electricidad, pero también de gas (TICGN) y, a partir de 2017, de otros productos energéticos (TICC y TICPE).
El desglose de la financiación se revisará a partir del 1 de enero de 2017, cuando solo los combustibles y el carbón, a través de los TICPE y TICC, se incluyan en la cuenta de asignación especial,
Corresponde a la CRE evaluar estas cargas cada año. En su decisión de 13 de julio de 2016 sobre la propuesta de tarifas de servicio público de electricidad y la contribución unitaria para 2017, la Comisión Reguladora de la Energía (CRE) estimó que las tarifas de servicio público de electricidad para 2017 ascenderían a 7.800 millones de euros. Las energías renovables representan el 72% de estas tarifas (es decir, casi 5.700 millones de euros), incluidos 3.100 millones de euros para la energía fotovoltaica y 1.500 millones de euros para la energía eólica. El aumento de estos costes se explica por el desarrollo de estos sectores y por la caída de los precios del mercado de la electricidad, referencia para calcular los costes adicionales soportados. Las cargas de servicio público dedicadas a las energías renovables son, pues, importantes, pero su crecimiento se ralentiza con la tendencia a la baja de los costes de las distintas tecnologías.
Transparencia de las ayudas estatales
De conformidad con la normativa europea sobre ayudas estatales aplicable al periodo 2014-2020, las autoridades francesas actualizan periódicamente la lista de las ayudas superiores a 500.000 euros concedidas en el marco de los distintos regímenes de ayuda anteriormente mencionados, especificando: la identidad de cada beneficiario, la forma y el importe de la ayuda concedida a cada uno, la fecha de concesión de la ayuda, el tipo de empresa de que se trata (PYME/gran empresa), la región en la que está situado el beneficiario y el principal sector económico en el que opera.
Herramientas de apoyo a las energías renovables en el sector del gas
Ventanillas abiertas
Todo productor de biometano que desee inyectar su producción en las redes de transporte y distribución de gas natural puede acogerse a una tarifa de alimentación abierta, siempre que las redes se mantengan en buen estado de funcionamiento. En virtud de este sistema, el biometano inyectado es comprado por un proveedor de gas natural a una tarifa de alimentación fijada de antemano para cubrir los costes de inversión y explotación de la instalación de producción de biometano, garantizando al mismo tiempo la rentabilidad normal del proyecto. La obligación de compra se contrae por un periodo de 15 años.
Coste de las ayudas al biometano
En su deliberación de 13 de julio de 2016 sobre la evaluación de las tasas por servicios públicos energéticos para 2017, la Comisión de Regulación de la Energía estimó los costes asociados a la obligación de compra de biometano en 20,9 millones de euros para 2016.
Hasta finales de 2015, el apoyo a las instalaciones que inyectan biometano en la red de gas se financiaba mediante una contribución de biometano, que en última instancia se repercutía a los consumidores de gas natural. Desde principios de 2016, al igual que ocurre con otras tasas por servicios públicos energéticos, el coste del apoyo al biometano está presupuestado. El apoyo al biometano se financia con impuestos nacionales sobre el consumo de diversos tipos de energía a través de la cuenta de asignación especial « Transición Energética ».
Herramientas de apoyo a las energías renovables en el sector de la calefacción
Herramientas de apoyo a las energías renovables térmicas en el sector residencial individual
Instrumentos reglamentarios
Para los edificios nuevos, la ley Grenelle 1 fijó el objetivo de generalizar los edificios de bajo consumo energético de aquí a 2012 y los edificios de consumo energético positivo de aquí a 2020. La reglamentación térmica se ha endurecido (RT2012) para garantizar que todos los edificios nuevos construidos a partir del 1 de enero de 2013 tengan un consumo de energía primaria convencional inferior a un umbral medio de 50 kWh/m².an (nivel de rendimiento energético equivalente al nivel de « edificio de bajo consumo energético »), con al menos 5 kWh/m².an procedentes de una fuente de energía renovable.
Actualmente se están preparando varios decretos de aplicación de la Ley de Transición Energética para un Crecimiento Verde en el sector de la construcción, incluido un decreto que establecerá la nueva normativa de construcción que sustituirá a la RT 2012 en 2018.
Herramientas de incentivo
Para las viviendas unifamiliares existentes, el desarrollo de las energías renovables térmicas pasa principalmente por tres herramientas de apoyo: el crédito fiscal para la transición energética, el eco-préstamo a tipo cero y el sistema de certificados de ahorro energético.
Crédito fiscal para la transición energética (CITE)
La Ley de Finanzas de 2005 creó un crédito fiscal dedicado al desarrollo sostenible y al ahorro de energía. Para incentivar en mayor medida esta medida, se ha dirigido a los equipos más eficientes desde el punto de vista energético, así como a los equipos que utilizan energías renovables. El objetivo de esta medida es fomentar el uso generalizado de equipos de energía sostenible para ayudar a Francia a alcanzar sus ambiciosos objetivos de ahorro energético y energías renovables.
El régimen ha evolucionado con las sucesivas leyes de finanzas. La Ley de Finanzas de 2015 simplificó y reforzó el crédito fiscal, que ahora se ha convertido en el Crédito Fiscal de Transición Energética: un tipo único del 30% sin comprobación de recursos y sin obligación de realizar una serie de obras, aplicable también en 2016. Para garantizar que esta medida siga siendo eficaz y continúe promoviendo los equipos y materiales más eficientes entre los particulares, los criterios de elegibilidad se revisan periódicamente. Cerca de 10 millones de hogares se beneficiaron del plan entre 2005 y 2013, que también tiene un impacto en términos de estímulo de la innovación, estructuración de sectores y apoyo a la actividad económica y el empleo.
Préstamo ecológico a tipo cero (Eco-PTZ)
Introducidos en la Ley de Finanzas francesa de 2009, estos préstamos de hasta 30.000 euros están a disposición de los hogares, independientemente de sus ingresos, y se utilizan para financiar obras importantes de renovación energética de la vivienda principal (en particular, la compra de equipos de producción de energía renovable), de modo que las cuotas mensuales del préstamo sean proporcionales al ahorro energético conseguido con la renovación.
Sujeto a una prueba de recursos, este régimen puede combinarse con el crédito fiscal para la transición energética. A partir de marzo de 2016, se suprimirá la prueba de recursos.
Instrumentos de apoyo a las energías renovables térmicas en los sectores residencial, comercial, agrícola e industrial
Instrumentos reglamentarios
La reglamentación térmica (RT2012) se aplica a los edificios nuevos de los sectores residencial colectivo y terciario.
Las siguientes medidas se aplican al sector residencial colectivo:
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Incentivos
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CITE
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Eco-PTZ
El fondo de calor
El Fondo de Calor apoya el desarrollo de la utilización de energías térmicas renovables: biomasa (forestal, agrícola, biogás, etc.), geotermia (para uso directo o mediante bombas de calor), energía solar térmica y energía recuperada, así como el desarrollo de redes de calefacción que utilicen estas energías.
Los sectores afectados son la vivienda colectiva, el sector terciario, la agricultura y la industria, para los que el objetivo de producción adicional de calor renovable de aquí a 2020 representa casi 5,47 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep), es decir, más de una cuarta parte del objetivo global fijado para 2020 a escala europea en el marco del paquete energía-clima (20 millones de tep de energía renovable adicional).
El Fondo de Calor se creó en diciembre de 2008 para apoyar la producción de calor a partir de fuentes renovables. Con un presupuesto de 1.900 millones de euros para el periodo 2009-2017, ha apoyado casi 4.300 proyectos, generando una inversión de 5.800 millones de euros y una producción de 25 TWh/año.
Se ha decidido reforzar el Fondo de Calor y flexibilizar sus normas a partir de 2019.
Como parte de la recientemente anunciada revisión del programa plurianual de energía, se han propuesto varias medidas para fomentar el calor renovable. En concreto, se acaba de aprobar el aumento del Fondo de Calor y la flexibilización de las normas:
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La trayectoria de aumento del Fonds Chaleur se ha incluido en el PPE hasta 2022, con un objetivo de 350 millones de euros en 2020;
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En 2018, el presupuesto del Fonds Chaleur fue superior al anunciado, pasando de 215 millones de euros a 255. En 2019, se espera que aumente a 307 millones de euros.
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El requisito de anticipos reembolsables, que se aplicaba a todos los proyectos del Fonds Chaleur para los que la ayuda de ADEME superaba los 2 millones de euros, se suprimirá a partir de 2019;
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A partir de 2019, las normas del Fonds Chaleur se alinearán con los límites máximos del marco de la UE para las redes de calefacción.
Al incitar a las redes de calefacción a utilizar fuentes de energía renovables y recuperadas, el Fondo de Calor tiene también un importante impacto positivo en términos sociales (reducción y estabilización de las facturas de calefacción de las viviendas, principalmente sociales) y de diversificación de los suministros energéticos.
La gestión del Fondo de Calor se ha delegado en la ADEME. El Fondo de Calor puede utilizarse de dos maneras:
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para las grandes instalaciones de biomasa (producción de calor renovable superior a 1.000 tep/año) en los sectores industrial, agrícola y terciario, se publican anualmente convocatorias nacionales de proyectos. La décima convocatoria de proyectos se lanzó el 26 de septiembre de 2017.
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Para otros proyectos, el fondo de calor es gestionado a nivel regional por las oficinas regionales de ADEME. El objetivo del fondo de calor es financiar proyectos de producción de calor basados en energías renovables térmicas, garantizando al mismo tiempo un precio para el calor producido en torno a un 5% inferior al obtenido con energías convencionales. Actualmente existen convocatorias regionales para proyectos de coste inferior a 1,5 millones de euros. A partir de ahí, los proyectos se evalúan caso por caso.
Las ayudas del Fondo de Calor se ajustan a la normativa comunitaria que regula las ayudas públicas. No puede combinarse con certificados de ahorro energético (CEE) ni con proyectos domésticos. La ayuda del Fondo de Calor puede combinarse con otras subvenciones (fondos europeos, subvenciones de las autoridades locales), siempre que estas subvenciones se tengan en cuenta al estudiar el proyecto.
En cuanto a las cuestiones de calidad del aire, la alta calidad medioambiental de los proyectos de biomasa está garantizada por estrictos requisitos sobre las emisiones de partículas, que a veces van más allá de las obligaciones reglamentarias.