Transformar el espacio público con objetos de convivencia
Note rapide n° 850
Pascale Leroi, junio 2020
Los espacios públicos contribuyen en gran medida a las primeras impresiones dadas por un barrio, una ciudad. Como recursos para orientarse, descansar, entretenerse, comer fuera o socializar, contribuyen al atractivo de la zona. ¿Cómo se pueden marcar estos espacios compartidos con una convivencia que promueva el bienestar y la convivencia?
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Demasiada mineralización del suelo, un espacio excesivo dedicado a los coches, dificultad para caminar o para detenerse a descansar, los espacios públicos actuales no siempre se corresponden con las comodidades buscadas por el público o los objetivos perseguidos por las comunidades. La falta de servicios (restaurantes, aseos, fuentes), la sensación de incomodidad, el miedo o simplemente la tristeza del lugar, la falta de animación son también factores negativos para la vida cotidiana local, la recepción de turistas y el desarrollo económico.
Trescientos objetos de inspiración
Después de centrarse en las actividades económicas móviles y temporales, el Instituto continúa su exploración de las microintervenciones en el espacio público con un cuaderno de inspiración para los espacios públicos de convivencia, basado en los « objetos de convivencia ». Estos objetos contribuyen a crear espacios más agradables de diversas maneras. Aportan animación, entretenimiento y cultura, belleza y color, y revelan las oportunidades del vecindario. Favorecen los encuentros y reuniones de amigos, familiares y amantes, permiten a las personas dar e intercambiar, hacer cosas en común; promueven el bienestar físico mediante el descanso, el deporte, los juegos y la sensorialidad; contribuyen a la presencia de la naturaleza en todos sus elementos y componentes, ya sean vegetales o animales; proporcionan seguridad mediante la presencia humana, la posibilidad de encontrar el camino, de poner la bicicleta a cubierto, de desplazarse por calles iluminadas; renuevan la mirada y desarrollan el sentido de pertenencia; envían una señal positiva sobre la atención que la comunidad presta al territorio y a sus habitantes. Con el fin de ofrecer una gama diversificada, el estudio identifica más de 300 ejemplos de objetos de convivialidad, la mayoría de los cuales corresponden a categorías genéricas: mobiliario urbano, intervención artística, señalización, eventos, comercio móvil, naturaleza en la ciudad, inmuebles ligeros. Los usos se vinculan a estos diferentes objetos, tales como descansar, beber, relajarse, moverse, entretenerse, intercambiar, etc. Un banco, por ejemplo, permite a las personas descansar y compartir momentos con otros. Estos usos a veces se vuelven más complejos: equipado con una toma USB, el banco se utilizará para recargar un ordenador portátil; refrigerado o integrado en una isla fresca, proporcionará refugio en tiempo de calor. Un objeto también puede tener diferentes usos dependiendo del punto de vista. Un muro de escalada es utilizado por deportistas, pero para los transeúntes, proporciona entretenimiento, un punto de referencia visual, una señal de calidad del espacio. Además, el uso principal de un objeto puede ser reforzado por su proximidad a otros objetos. Por ejemplo, se pueden añadir otros objetos alrededor de un campo de deportes en el espacio público: una fuente para hidratarse, una conserjería para cambiarse de ropa, vegetación para el placer de los sentidos, zonas tranquilas para relajarse, un « camión de comida » para comer. Por último, la finalidad del uso puede ser individual (descanso en un banco, compro un bocadillo, disfruto de una obra de arte, recargo mi teléfono móvil, patino…) o colectiva (charlo en un banco, hago un picnic con amigos, juego a la petanca, hago jardinería con mis vecinos, intercambio libros en una biblioteca de calle…).
Diez universos de convivencia
Los objetos de convivencia se han enumerado en diez universos que contribuyen a la convivialidad de los espacios públicos: arte, comercio, eventos, movilidad funcional y activa, naturaleza, sensorialidad, deportes y juegos, compartir y digital. Los efectos beneficiosos de estos universos en el bienestar individual y colectivo han sido comunicados por los profesionales de la ciudad, a través de estudios científicos o sociológicos. Así, por ejemplo, psicólogos y biólogos han explorado los beneficios de la presencia de árboles en el medio urbano para la salud y el equilibrio psicológico, los profesionales de la salud abogan por la movilidad activa y el deporte en la ciudad para combatir los efectos nocivos del sedentarismo, los profesionales del turismo relatan el apego de los habitantes a las obras artísticas basadas en la identidad del territorio, o los dirigentes de asociaciones dan testimonio de los efectos positivos de los jardines compartidos o del abono colectivo en las relaciones de vecindad. Sólo la tecnología digital es objeto de debate. Si bien es cierto que la posibilidad de recargar el teléfono móvil y acceder a la cobertura wi-fi en los espacios públicos es una comodidad para muchos usuarios, la recopilación y utilización de datos y la pertinencia de ciertas propuestas digitales plantean interrogantes. Además, la tecnología digital en el espacio público es más un medio para ofrecer servicios adicionales que un fin en sí misma. Una marquesina de autobús « digital » sigue siendo ante todo una marquesina de autobús, pero también proporciona información en tiempo real y permite a los usuarios recargar sus teléfonos móviles.
Principales contribuciones de cada universo1 :
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El arte. refuerza la identidad del territorio, aporta puntos de referencia espaciales, da un suplemento de alma y crea una forma de maravilla. Desarrolla el sentimiento de pertenencia, honra la memoria de los lugares, eleva el paisaje urbano, renueva la mirada, anima, divierte, hace descubrir.
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El comercio. Algunos comercios satisfacen necesidades esenciales, animan y aseguran. El vínculo con los comerciantes es apreciado para el asesoramiento, el intercambio y el diálogo, especialmente en las zonas rurales, donde mantienen un vínculo social muy apreciable, sobre todo para las personas aisladas.
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Eventos. Abarca una multiplicidad de propuestas y escalas que pueden crear oportunidades de entretenimiento y encuentros en el espacio público. Crea nuevas amenidades, encanta los terrenos baldíos, hace descubrir el territorio y sus actores, constituye un canal de apropiación del espacio público por parte de los ciudadanos.
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Funcional. Este universo abarca esencialmente el mobiliario urbano para usos esenciales y cotidianos, como descansar, beber agua, tirar basura, ir al baño, pero también para usos festivos y lúdicos, como los picnics y el seguimiento de un recorrido cultural.
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Movilidad activa. Los desplazamientos a pie y en bicicleta son medios de transporte beneficiosos para la salud, pero también útiles para reducir la contaminación, el ruido y la congestión de los espacios públicos. Potencialmente, esas movilidades promueven los intercambios humanos, reducen el uso del automóvil, liberando espacio para usos de fácil utilización.
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La naturaleza. Elemento esencial de la calidad de vida en las ciudades, su presencia es una necesidad y un valor añadido para el atractivo. Proporciona comodidades mediante la presencia de árboles, flora y fauna diversificadas, jardines temporales, el reverdecimiento de los edificios y la jardinería en los espacios públicos.
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Digital. Disponer de cobertura wi-fi en el espacio público, recargar el teléfono móvil, aprovechar los servicios coordinados (transporte, turismo, cultura, comercio, etc.), desarrollar la información sobre la movilidad, la vida local, etc. facilitan el uso diario de la zona.
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Compartir. Si bien todos los mundos de convivencia tienden a favorecer los encuentros, este mundo está directamente relacionado con el intercambio, la puesta en común de experiencias y bienes, la solidaridad y el colectivo. Tres líneas de acción: facilitar los intercambios espontáneos, apoyar las iniciativas ciudadanas, desarrollar el empleo en el espacio público.
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La sensorialidad. Las percepciones sensoriales contribuyen al sentimiento y al bienestar de los individuos en el espacio público, durante los paseos o las pausas. Por ello es interesante considerar la presencia y el acceso al agua, la luz, el sol y la sombra, los sonidos, los colores, los olores y la temperatura.
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Juego deportivo. La presencia de equipos deportivos y de juegos, la posibilidad de practicar en el espacio público tienen un impacto positivo en los practicantes, pero también en el ambiente general de una calle, una plaza, porque animan y aseguran los sitios. El deporte participa plenamente en la convivencia de los espacios públicos, en interacción con otros mundos.
Métodos renovados
La facilidad de uso de un espacio público no se puede decretar y sólo se puede resumir poniendo objetos en el espacio, se debe trabajar con los interesados. Muchos de los objetos enumerados en este cuaderno son el resultado de un proceso de consulta, construcción y toma de decisiones en el que es probable que intervengan varios interesados. Por ejemplo, la plantación de cubos de basura, los parques infantiles, una exposición temporal de arte, un pabellón de compostaje o un banco pueden ser el resultado de una movilización ciudadana o de una asociación. Los presupuestos participativos, en particular, permiten llevar a cabo este tipo de proyectos. Además, un mismo objeto puede resultar de posturas muy diferentes. Así, si tomamos el ejemplo del arte de la calle, en Vitry-sur-Seine, en el Val-de-Marne, el municipio ha elegido dejar que este arte urbano viva de manera autónoma en las paredes de su ciudad, mientras que en el distrito 13 de París, las grandes fachadas pintadas son el resultado de un proceso bien establecido entre el ayuntamiento, una galería de arte que selecciona a los artistas, y los patrocinadores sociales que ponen a disposición sus paredes. Los métodos de planificación del espacio público han cambiado en los últimos veinte años aproximadamente. Los ayuntamientos han abierto un diálogo con grupos de habitantes y las prácticas se han renovado. Así, se observa una diversificación de los actores implicados, además de los municipios y de los actores tradicionales de la planificación, colectivos híbridos centrados en los usos y los habitantes, colectivos de ciudadanos. Las intervenciones son más ligeras, con una búsqueda de producciones menos costosas, a veces temporales, reutilizables o multifuncionales, y se han desarrollado propuestas de desarrollo transitorio. Están en auge métodos sensibles y lúdicos para recoger la opinión de los usuarios. Por último, la transición ecológica y energética está creando un marco general (reducción de los desechos, de los gases de efecto invernadero, respeto de la biodiversidad) que está sacudiendo las opciones en términos de desarrollo y de atractivo.
La noción de convivialidad
Dentro de la red europea Urbact, varias ciudades se han unido en torno a proyectos piloto destinados a cambiar la forma en que se programan y diseñan los espacios públicos. En este proyecto europeo titulado « User » 2, la convivencia se asocia a los espacios públicos donde las personas se encuentran e interactúan fácilmente en un espíritu de tolerancia y apertura. En este artículo, la convivialidad se entiende en un sentido más amplio, asociando las nociones de compartir, tolerancia e inclusión con las nociones de bienestar, relajación y placer.
Diez orientaciones que hay que favorecer
En la actualidad, los debates sobre el espacio público comparten ampliamente ciertas orientaciones generales, como aumentar el lugar de la naturaleza en la ciudad, reducir la contaminación y el ruido, fomentar la movilidad activa, proponer actividades, crear centros urbanos animados y seguros, ciudades más limpias… A continuación, los municipios exponen su propia visión del éxito del espacio público en las opciones y soluciones adoptadas. Algunos, por ejemplo, muestran una visión « digital » del espacio público, mientras que otros se centran en las relaciones humanas. Evidentemente, el nivel del presupuesto que se puede movilizar también juega un papel importante. Además, los proyectos actuales se centran más en los usos y con mayor frecuencia están de acuerdo con la realidad de las prácticas, las especificidades del sitio y sus usuarios. Cualesquiera que sean los contextos específicos, las directrices pueden servir de marco para la reflexión en el marco de un proyecto de facilidad de uso:
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Aprovechar lo que funciona déjà̀ como las iniciativas ciudadanas y los puntos fuertes del barrio para mejorarlas; recalificar los lugares que funcionan bien.
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Tener en cuenta los usos, cuestionar y poner en tela de juicio las expectativas reales del público, en particular en lo que respecta al motivo de la presencia en el espacio público.
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Pensar en los grupos vulnerables en el espacio público por su edad, género o discapacidad.
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Amueblar con luz. Las tiendas móviles y los inmuebles ligeros (contenedores, chalés) ofrecen soluciones para desarrollar servicios y entretenimientos, probar usos y grupos de viviendas.
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Mezclar mundos de convivencia. Los universos se complementan, refuerzan y se componen razonando sobre rutas basadas en un lugar de conducción, en rebanadas de vida.
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Adoptando una actitud responsable en la elección de los materiales utilizados, minimizando el gasto energético y el impacto medioambiental.
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Favorecer la presencia humana sobre los sistemas automatizados para favorecer el empleo y el contacto humano, reducir los gastos de energía.
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Prevenir los conflictos de uso, facilitando la lectura de los espacios viales y para una mejor convivencia de los distintos públicos.
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Experimentar. Probar los desarrollos, confirmar o negar los usos supuestos, afinar las propuestas.
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Equilibrar las atmósferas. Por ejemplo, proponer una ciudad festiva y nocturna en algunas zonas, pero también tranquila, poética y pacífica en otras.
Estas propuestas abren muchas ventanas a lo que las comunidades, los empresarios, los ciudadanos imaginan para una práctica más convivial y agradable del espacio público, desde el punto de vista de la persona y sus aventuras cotidianas. Cada proyecto es único y debe ser diseñado con los actores en el campo, lo más cerca posible de los usuarios y del contexto.
1 Los universos están listados en orden alfabético
2 Unión Europea, Urbact, User, Improving the use of public spaces in European cities, abril de 2015.
Referencias
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Gollain Vincent, Wided Batats Le mieux-être territorial au coeur des stratégies expérientielles, Note rapide, n° 815 , L’Institut Paris Region, August 2019.
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Gosselin Camille, Mangeney Catherine, Soulard Odile, « Approches sensibles », Revue Urbanisme, Hors-série n° 71, pp. 30-31, diciembre de 2019.
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Lecroart Paul, « Urbanisme tactique, projets légers, grandes mutations » en Les Cahiers-Les villes changent le monde, N° 176, L’Institut Paris-Région, 2020.
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Leroi Pascale, L’économie éphémère, une opportunité pour renforcer l’hospitalité des territoires, L’Institut Paris Region, noviembre de 2017.
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Leroi Pascale, Carnet d’inspiration pour des espaces publics conviviaux, L’Institut Paris Region, junio de 2019.
Para ir más allá
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Ver la Nota de Práctica (pdf) que contiene elementos y descripciones adicionales.